Nuestra Historia

"La temperatura se mide en grados Franklin"

Corría el año 1930. Era descubierto el planeta Plutón. Uruguay organizaba el primer Mundial de Fútbol. En la Argentina se producía el primer golpe de estado de la era Constitucional siendo derrocado el presidente Hipólito Yrigoyen. El mundo entraba de lleno en la “Gran Depresión”. En ese contexto, un trío de ciudadanos alemanes, como tantos otros inmigrantes, desembarcaron en Buenos Aires en búsqueda de mejores horizontes para ellos y para sus familias. Traían el conocimiento alemán y la tecnología de Estados Unidos necesaria para fabricar el que sería el primer termómetro de industria nacional. La marca consolidada en el tiempo sería “Franklin”. Montaron la fábrica en el barrio de Caballito, ahí donde Colpayo hace esquina con Méndez de Andes. A unos metros, por la calle Colpayo, moraba la familia Zaffrani. Fue el joven Hugo Julio Zaffrani, el receptor de todas las enseñanzas de aquellos pioneros. Y el encargado desde el inicio del control de calidad y de la excelencia del producto terminado.

Nos ubicamos en 1940. Según cuentan los que saben de estas cosas, la mejor década en la cultura popular del país. Literatura, cine, teatro y música explotaban al amparo del “granero del mundo”. Y el parque industrial, también. Promediando la “Gran Guerra”, la fábrica se fue afianzando liderando el mercado de termómetros.

Siendo una empresa nacional sufrió los vaivenes de la economía vernácula siempre siguió cumpliendo con todos sus compromisos en base a la imaginación y al conocimiento de sus distintos líderes. Tras un paso por “Química Hoechst” en San Isidro la fábrica se radicó en el barrio de Mataderos, en la hoy Ciudad Autónoma de Buenos Aires, lugar en el cual permanece desde 1981. Aquí nació “Termómetros Argentinos SA” siendo aquél joven Hugo Julio Zaffrani uno de sus dueños. Ya en ese entonces la esposa de Hugo, Araceli, se había convertido en una colaboradora esencial e indispensable para el funcionamiento del establecimiento.

A poco de andar, a partir de 1988 y con la incorporación de los hijos, del matrimonio Zaffrani, la empresa pasó a ser totalmente familiar. Éstos fueron adquiriendo la experiencia necesaria para seguir con el crecimiento de la empresa. Hoy en día son los sostenedores de la tradición familiar que se basa en la garantía de la calidad y exactitud de los productos que comercializan.

Siguiendo el mandato de sus padres, ya están incorporando a las distintas actividades societarias a los nietos de los fundadores. Que han comenzado a transitar ese camino.

Son ocho décadas de presencia ininterrumpida. Ocho décadas de excelencia en sus productos y de liderazgo en los mercados. Y, de acuerdo a lo sucedido, seguirá pasando el tiempo y tanto “Termómetros Argentinos SA” como “Franklin” seguirán estando. Es que, usándola, han demostrado y afianzado el valor de aquella idea liminar.